¿Y tú? ¿Tienes tu 52%? — #MLB

Si no sabes qué es… probablemente estás jugando en desventaja. Esta historia no es sobre mí. Es sobre ti, y la diferencia entre jugar… y construir. Hoy te comparto el número que lo cambia todo. Y cómo dominarlo.

Donga

jul 21, 2025

Tres minutos que pagan.* ─ 21.Julio.25

01 ─ La historia que me enseñó el 52%

Yo no sabía qué era la varianza.

Ni la desviación estándar.

Ni el bendito 52%.

Solo sabía que había entrado a la maestría con más seguridad que preparación…
y que la clase de Estadística iba a matarme.

El profesor era de esos duros. Actuario. Exigente. Seca el alma con la mirada.
Se presentó como “Doctor Fulgencio”, y dijo que si alguien se reía de su nombre, se iba directo al extraordinario.

Yo no me reí. Pero casi me largo.

A la tercera clase, ya me sentía perdido. Me acerqué y le dije:

—No entiendo ni madres.
—¿Y qué sí entiendes, cabrón? —me soltó sin mirarme.
— Deportes… WTA, MLB, NFL… y El básquet. —le dije.
—¿Juegas?
—Sí.
—Yo también. Tráeme estadísticas de la NBA… y vemos qué se puede hacer.

Pensé que era broma. Pero al final de clase, lo vi salir… con un balón bajo el brazo.
Y me dijo:
—Ey. Nos falta uno. Vente a cascarear.

Lo hice. Por respeto. Por orgullo. Por no reprobar.

Ahí entendí todo.
El tipo no solo jugaba… lo vivía.
Medía 30 cm menos que yo, pero me marcó como si le pagaran.
Me empujaba, me hablaba al oído, me gritaba “¡esa era mía!” aunque no llegara ni cerca.
Jugamos como si fuera una final.
Me reía. Él no.

En una me robó el balón. Una jugada limpia, dura. Uno de sus compas gritó:
—¡Buena, Fuego!

Él volteó hacia mí, con el balón en la mano y una mirada enferma, y me dijo:
—Me dicen Fuego por intenso.

Todos rieron. Yo también.

Pero el siguiente viernes, al llegar a su clase, me agarró en corto:
—Dos cosas. Uno: aquí soy tu maestro, cabrón. Y dos: si alguien se entera que me dicen Fuego… te repruebo.

Ahí entendí la palabra y el concepto de extrapolar.
Entendí que lo que sirve en la cancha sirve en la vida.
Que el 52% no es una ilusión. Es la línea entre el que apuesta y el que construye.

Si logras acertar el 52% de tus apuestas con un momio promedio de 1.90, ya estás generando utilidad. Así de simple.
Eso me lo enseñó Fulgencio.

Desde que entendí eso, dejé de perseguir cuotas grandes. Empecé a construir sobre pequeños edges. Porque el secreto no está en pegar una bomba. Está en pegar una tras otra, con cabeza.

Fórmula para tener beneficio, tabla, zona de enfoque.

Ese proyecto que hice con él fue el origen de este Newsletter.

Hoy, mientras tú piensas si esto del análisis diario vale la pena… yo solo te digo esto:

No es suerte.
Es trabajo.
Es pasión.
Es chinga.
Y a mí, me gusta esa chinga.

Por eso te llega todos los días. 5 PM. Con método. Con historia. Con verdad.

Y sí, por si lo dudabas…
el primer Fuego no fui yo.
Fue Fulgencio.
El maestro.
El loco.
El que me enseñó que puedes ser un cabrón… pero con cabeza.

Esto es Fuego*.
Suscríbete. Léelo. Juega con cabeza.