Mide o muere
La historia de cómo pasé del miedo al fuego — y por qué deberías hacerlo tú también.
Tres minutos bien invertidos ***
Un despido.
De esos despidos masivos en pandemia.
Una reunión fría, un par de frases, y adiós a la vida que conocías.
¿Y?
Espera. Si entiendes esta historia, este correo será de las mejores inversiones de tu vida.
Si no la entiendes, déjalo donde estaba o préndele fuego.
Me da lo mismo.
Allá va:
Me quedé con tiempo. Con dudas. Con miedo.
Y también con la pregunta más grande: ¿ahora qué hago?
Fue ahí cuando apareció Katiuska.
Una terapeuta rara.
Acento cubano. Mirada de láser.
Hacía terapia en el parque. Cobraba en cash.
Un amigo me la presentó cuando estaba quebrado.
¿Y?
Espera, no seas impaciente.
Sigo.
Después de varias sesiones, me soltó una pregunta tan simple que parecía absurda:
—¿Qué era lo que más te gustaba de niño?
Respondí: dibujar y deportes…
Le conté que comenzaba a apostar.
Pero que había visto en Irlanda, metodologías, ángulos, formas.
Pero cargaba con la condena moral de que me llamaran “apostador”, “ludópata”.
Oh.
Ella me miró y dijo:
“Entonces haz dinero con eso.
Tienes un talento: ves lo que otros no ven.
Movimientos mínimos. Patrones invisibles.
Eso no es adicción.
Es tu vida de ver deportes y practicarlos.
Llámalo como quieras: eres un inversionista… de deportes.”
Y remató con la frase que nunca olvidé:
“Hazlo. Pero mídelo. Lo que no mides, no lo puedes mejorar.”
Lo hice en silencio.
Pasaron años y muchas dudas antes de atreverme.
Pero aquí estoy, escribiéndote cada día en reportefuego.com.
Katiuska desapareció de la ciudad.
A veces bromeo con mi amigo que quizá la entrenó la KGB.
Reímos. Después investigué.
Y entendí que tal vez no era chiste.
Durante la Guerra Fría, miles de estudiantes cubanos fueron enviados a la Unión Soviética.
Matemáticas. Ingeniería. Contrainteligencia.
Lectura de patrones. Disciplina férrea.
El KGB moldeaba a quienes regresarían a la isla.
Ya no la vi nunca más.
Y creo que mejor así.
True story.
(todo fue real, menos el nombre de ella. No lo quiero decir… para no meterme en problemas con la KGB. O con ella misma).
Pero comencé a medir. Todo.
Y te recomiendo que lo hagas también.
La paciencia paga.
Has llegado al final del correo de hoy.
Es un buen comienzo.
— Donga*
Esto es Fuego*. Y es diario.
Hacemos el análisis. Tú haces la diferencia.